En el capítulo 6 de este libro, Berstein, Bosch y Oliveri hacen un análisis de los retos que va a enfrentar América Latina en las próximas décadas como consecuencia del envejecimiento de la población en la región. En particular, los autores argumentan que el fin del bono demográfico y el incremento en la proporción de adultos mayores hará que sea necesario destinar una mayor cantidad de recursos para garantizar la protección efectiva de las personas en su vejez. Para los autores la mejor opción en la región para enfrentar estos retos es el ahorro a través de los sistemas pensionales. En el documento se discute que, al incrementar el ahorro, se puede superar los efectos de la transición demográfica, canalizando los ahorros hacia activos productivos, incrementando así el crecimiento de la economía en la Latinoamérica que permite generar un soporte para la población de adultos mayores. No obstante, los autores ponen en evidencia los problemas principales de los sistemas pensionales en América Latina y discuten las causas sobre el bajo nivel de ahorro en la región.
En el siguiente capítulo, Berstein y Bosch realizan un diagnóstico de los problemas que enfrentan sistemas pensionales de reparto en la región. Los autores señalan que, dado que estos modelos dependen de la razón entre contribuyentes y afiliados, la transición demográfica incrementará la presión fiscal de estos modelos. Además, discuten otros problemas relacionados con la baja cobertura, la focalización regresiva de los recursos del sistema y la falta de información y monitoreo sobre estos modelos en la región. Ante estas dificultades, los autores sugieren indexar periódicamente la edad de jubilación en relación a la longevidad, mejorar la gobernanza y los sistemas de información del sistema y generar e invertir reservas para aumentar la productividad.
Ante los problemas expuestos anteriormente, los autores describen las reformas hechas a los sistemas de reparto con la introducción de los sistemas de ahorro individual. Berstein y Bosch establecen que, si bien los modelos de capitalización son una fuente importante de financiamiento para el largo plazo, su implementación no ha generado un impacto significativo en la cobertura y además ha implicado fuertes presiones fiscales en el corto plazo. Para garantizar un mejor funcionamiento de los sistemas de capitalización, los autores sugieren reformar el gobierno corporativo de las administradoras de fondos de pensión para tomar mejores decisiones de inversión y diversificar su portafolio. Además, proponen hacer modificaciones a los parámetros del sistema para que los trabajadores logren acumular mayores ahorros ante el incremento de la esperanza de vida. Esto va de la mano del desarrollo de mercados de renta vitalicia. Por último, los autores establecen que es necesario promover el ahorro voluntario y la educación financiera de los empleados.