Hernández (2021) intenta demostrar que lograr pensionarse es un objetivo que generalmente no se cumple para las personas más vulnerables. Si bien el Gobierno colombiano ha realizado varias reformas para intentar aumentar la cobertura, mejorar la focalización y hacer económicamente sostenible el sistema pensional estas no han sido suficientes y eficientes en lograr su objetivo. El autor propone buscar resolver los problemas de falta de cobertura, insostenibilidad financiera y mala focalización mediante el eventual marchitamiento del Régimen de Prima Media (RPM) y la implementación de un sistema que combine las Transferencias No Condicionadas (TNC) con el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS).
El autor divide su estudio en tres etapas. La primera es un breve diagnóstico del sistema de pensiones en Colombia, dejando como principales resultados que el sistema es excluyente en cuanto a cobertura. Las personas afiliadas o pensionadas tienden a hacer parte mayoritariamente de los deciles más altos de ingresos de la población y se excluye a la mayoría de las personas (tanto en la etapa de acumulación, como en la de disfrute), en especial a las personas de menores ingresos. También se evidencia que el sistema cuenta con una pobre focalización de recursos, porque los subsidios que se contemplan para pensiones se destinan en su mayoría a subsidiar las pensiones de las personas más ricas de la población. Especialmente, el RPM tiene un alto porcentaje de subsidio, que beneficia principalmente al 20% más rico de la población (74% de los subsidios).
Continúa haciendo una réplica de la metodología propuesta por Schutt (2011) en la que se construyen sendas de ahorro para 10 individuos sintéticos, por sexo, con diferentes niveles de educación y se estima qué tan probable es que se pensionen bajo las condiciones actuales. Los resultados de este ejercicio arrojan que la situación actual es peor en términos de acceso y posibilidad de pensión que la de hace 10 años, excluyendo aún más del sistema a las personas de menores ingresos.
Por último, como respuesta a las evidentes falencias del sistema, Hernández (2021) propone un complemento al sistema pensional que contempla la implementación de un sistema de transferencias no condicionadas. Este, coexistiendo con el RAIS y financiado a partir de distintas fuentes, se convertirá en una solución que garantice un ingreso mínimo para toda la población vulnerable en edad de pensión, permitiéndoles a los individuos en este grupo estar por fuera de la línea de pobreza y para que aquellos que adicionalmente ahorren para su vejez a través de los fondos de pensiones, tengan la posibilidad de aumentar sus mesadas de pensión en función de su ahorro durante su vida productiva.