Luego de un mes difícil para la economía mundial por la parálisis económica de cientos de países para detener la propagación del COVID-19 y las fuertes desvalorizaciones en la mayoría de los activos financieros, abril trajo un respiro, con una mayor estabilidad en los índices accionarios, menores volatilidades y correcciones de los movimientos extremos. Esto está explicado por los avances frente al desarrollo de la vacuna, la reapertura parcial de ciertas economías principalmente en Europa y Asia y expectativas de que el resto de países sigan estos pasos.
Sin embargo, persisten las preocupaciones. Por una parte, se empezaron a dilucidarse las repercusiones del freno de la actividad económica con contracciones en el crecimiento en el primer trimestre del año y con el deterioro de los indicadores de empleo. La recuperación económica demandará un esfuerzo fiscal muy grande por parte de los gobiernos, para que logren mantener las medidas de apoyo a las firmas y los ciudadanos. Lo que lleva a que los mercados tengan preocupaciones frente a la velocidad de recuperación. Adicionalmente, la reapertura trae incertidumbre por la posible aparición de nuevos focos de contagio que pueden llevar a nuevas cuarentenas.
En este informe se expone una breve actualización de la evolución de la pandemia y la evolución de los mercados financieros en abril y lo corrido de mayo. De igual forma se presentan los impactos que ha tenido sobre los fondos de pensiones y su respectiva recuperación tras correcciones del mercado.
